¿Los neandertales hacían arte?

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por BRUCE HARDY – Kenyon College

Como investigador de los neandertales, estoy familiarizado con los estereotipos del Homo neanderthalensis: aburrido, poco inteligente, carente de imaginación para hacer algo más que golpearse en la cabeza. Se quedaban sentados, royendo mamuts, esperando su inevitable extinción. Así que, en 2018, me emocioné cuando vi un titular que anunciaba “Es oficial: Los neandertales crearon arte”. Encontré rápidamente el artículo científico y leí que nuevas pruebas procedentes de España habían datado el arte en tres cuevas en más de 65.000 años de antigüedad. ¡Los únicos habitantes de Europa en esa época eran neandertales!

Espera, pensé. No pasará mucho tiempo antes de que alguien cuestione la fecha o sugiera que en realidad fueron los humanos modernos los que llegaron antes y pintaron las cuevas. Efectivamente, en cuanto los investigadores dijeron “arte neandertal”, un corresponsal de noticias científicas de NPR respondió dubitativo: “Si nuevas pruebas demuestran que los humanos realmente llegaron antes de lo que los científicos piensan ahora, bueno, ese es el patrón de la ciencia”.

No me sorprendió. Un año después, cuarenta y cuatro investigadores fueron coautores de un artículo en el que criticaban el estudio de España y escribían: “Todavía no hay pruebas arqueológicas convincentes de que los neandertales crearan el arte rupestre ibérico”.

Entonces, ¿cuáles son las pruebas del arte neandertal? ¿Y por qué hay tanta gente escéptica ante la posibilidad de que los neandertales tuvieran la capacidad cognitiva para realizar pinturas, ornamentos y otras creaciones simbólicas?

Pinturas rupestres

Cuando la mayoría de la gente piensa en arte paleolítico, se imagina las pinturas de 20.000 años de la cueva de Lascaux o las de 36.000 años de la cueva de Chauvet, ambas en Francia. En general, se asocian a los humanos modernos del Paleolítico superior, no a los neandertales, que vivieron hace entre 400.000 y 40.000 años en Europa y partes de Asia.

Pero, en realidad, datar pinturas rupestres es notoriamente difícil. Generalmente están hechas con pigmentos minerales que no pueden datarse directamente porque no contienen materia orgánica. Unas pocas pueden contener materia orgánica, como carbón vegetal, que puede datarse por radiocarbono, pero eso solo funciona para pinturas de menos de 50.000 años. En el caso de muchas pinturas rupestres, los investigadores suponen que tienen menos de 40.000 años, pero no pueden establecer una edad definitiva.

La cueva de Maltravieso, España.

Este es uno de los aspectos más interesantes del estudio realizado en España. Los arqueólogos utilizaron la datación por uranio-torio en diminutas estalactitas y estalagmitas que se formaron sobre el pigmento.

Estos depósitos de carbonato, que quedan cuando el agua y el dióxido de carbono atraviesan la roca, pueden proporcionar una edad mínima para las pinturas rupestres que se encuentran bajo ellos.

Los investigadores utilizaron este método en tres pinturas rupestres: una imagen roja en forma de escalera en La Pasiega, en el norte de España, plantillas hechas a mano en Maltravieso, al oeste de España, y una cortina de estalagmitas pintadas de rojo en Ardales, en el sur de España. Todas ellas datan de hace aproximadamente 65.000 años.

Pero los resultados han sido cuestionados por motivos metodológicos (una disputa sobre el movimiento del uranio en las aguas subterráneas de las cuevas) y por la convicción de que solo los humanos modernos hicieron arte. Las repetidas demandas y reconvenciones hacen poco probable que esta controversia se resuelva pronto. Aun así, hay pruebas en otros lugares de que los neandertales tenían capacidad creativa.

¿Los neandertales grababan huesos?

Un reciente y prometedor hallazgo procede del yacimiento neandertal de Einhornhöhle (Cueva del Unicornio), en el norte de Alemania. En 2021, arqueólogos anunciaron la recuperación de un hueso grabado del dedo gordo de la pata de Megaloceros giganteus, un ciervo extinto que podía llegar a medir unos dos metros de altura, ¡con una envergadura de astas de tres metros y medio! Este hueso del dedo de la pata tiene seis grabados que forman cinco chevrones desplazados y apilados. Los ángulos formados por las líneas que se cruzan son bastante regulares y oscilan entre 92,3 y 100,3 grados. Un segundo conjunto de cuatro líneas cortas está grabado en el extremo proximal.

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Estas no son marcas de corte relacionadas con la carnicería (los dedos de los ciervos no son terriblemente carnosos) y se hicieron claramente de forma intencionada para formar un patrón. En este caso, las fechas no se discuten. La datación por radiocarbono del yacimiento y del propio hueso sugiere que tiene al menos 51.000 años.

¿Por qué alguien seleccionaría el hueso del dedo de la pata de un ciervo gigante muy raro en esta zona y grabaría en él una serie de chevrones?

Es evidente que el motivo carece de valor práctico. Los autores sugieren que el grabado, y posiblemente la elección del animal, deben tener un significado simbólico. Y el arte es simbolismo —la representación de una idea o un objeto de otra forma—. Para mí, eso habla claramente del pensamiento simbólico de los neandertales.

Pero, como era de esperar, cuando algo que parece simbólico se asocia a los neandertales, la gente no tarda en atribuir al menos parte del mérito a los humanos modernos. En este caso, recientemente se recuperó ADN de fósiles humanos modernos de hace más de 45.000 años en Zlatý Kůň, en la República Checa. Los fósiles contienen largos tramos de ADN neandertal, lo que sugiere que el mestizaje se produjo antes de 50.000 años. Hay quien sostiene que los neandertales que intercambiaron genes con los antepasados de Zlatý Kůň también intercambiaron conocimientos.

Y vamos de nuevo. ¿Los neandertales hicieron algo simbólico? No, solo copiaron a los humanos modernos. Creo que he oído esta historia antes.

Círculos de piedra

¿Qué tal la cueva de Bruniquel, en el suroeste de Francia? Esta sí que es extraña. A más de 300 metros en el interior de la cueva se encuentran múltiples estructuras construidas a partir de casi 400 fragmentos de estalagmita (también llamados espeleofactos). Dos grandes estructuras circulares, compuestas por hasta cuatro capas de fragmentos de estalagmitas apiladas, tienen entre 2 y 7 metros de diámetro y unos 40 centímetros de altura. Están acompañadas de otras acumulaciones de estalagmitas. Por el enrojecimiento y ennegrecimiento de algunos de los fragmentos, parece que todas las estructuras están asociadas al fuego.

Los arqueólogos dataron las estructuras observando la antigüedad de las estalagmitas rotas y cuándo empezaron a rebrotar. Los resultados apuntaron sistemáticamente a que las estructuras tenían unos 176.500 años de antigüedad. En aquella época, la única especie humana ancestral en Francia eran los neandertales.

La cueva de Bruniquel, en Francia.

Ninguna luz penetra en esta parte de la zona oscura de la cueva, por lo que los neandertales habrían tenido que traer la suya propia. Después, al parecer, recogieron y colocaron deliberadamente cientos de espeleofactos en círculos e hicieron hogueras que enrojecieron y ennegrecieron muchos de ellos. Según los investigadores, esto demuestra que los neandertales eran capaces de una compleja organización espacial y social.

¿Por qué hacían esto los neandertales? ¿Era algún tipo de ritual? Para ser sinceros, nunca lo sabremos. ¿Es arte? Depende de lo que se considere arte. Una definición de arte es que es un comportamiento creativo sin un propósito práctico. Según esa definición, yo diría que encaja.

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En su mayor parte, este hallazgo fue bastante bien recibido. Algunos señalaron, sin embargo, que, si bien los neandertales construyeron las estructuras, lo hicieron “sin dejar rastro de actividad gráfica”.

Así que, buen intento, neandertales. Pero si no pintas las paredes de la cueva, ¿realmente cuenta como arte?

Las joyas neandertales

Cuando se trata de joyería —o adornos personales en terminología arqueológica— no hay un solo ejemplo. Se han encontrado al menos veintitrés garras de rapaces, en su mayoría de la formidable águila de cola blanca, en diez yacimientos neandertales cuya antigüedad oscila entre 130.000 y 42.000 años.

Las garras están arañadas con marcas de corte, lo que indica que fueron arrancadas intencionadamente. Dada la falta de carne en los dedos de las águilas, no se trataba de alimentos. Los investigadores hallaron tejido animal —posiblemente restos de un cordón de cuero— en la superficie de una garra encontrada en Krapina, Croacia. Esto sugiere que la garra estaba colgada de una pulsera o un collar.

En Fumane, Italia, hay más pruebas del uso de las aves por los neandertales. Los huesos de las alas de las aves rapaces muestran signos de corte y raspado para quitarles las plumas. No estamos seguros de qué hacían con las plumas, pero una posibilidad es la decoración personal.

Asimismo, en la Cueva de los Aviones, en España, los científicos han hallado conchas perforadas y pigmentadas de entre 115.000 y 120.000 años de antigüedad. ¿Eran objetos de adorno personal? Otras conchas del yacimiento tienen múltiples pigmentos en su interior, lo que sugiere que funcionaban como recipientes para mezclar colores.

Estos objetos, estructuras y pinturas no constituyen un catálogo exhaustivo del simbolismo neandertal, pero hay que admitir que las pruebas se van acumulando.

La desaparición del arte neandertal

Todas estas pruebas tienen algo en común: la conservación. Han sobrevivido para que los arqueólogos las encuentren hoy, aunque de forma fragmentaria y degradada. Los huesos, los pigmentos minerales y las estalagmitas son duraderos. Pero mire a su alrededor: su ropa, la mesa y ese cuadro en la pared son perecederos. Probablemente se descompondrán mucho antes de que pasen entre 50.000 y 100.000 años. Solo ha sobrevivido un porcentaje minúsculo de la cultura material del Paleolítico. Sin embargo, seguimos encontrando pruebas de simbolismo y arte. Entonces, ¿cuánto arte se creó y luego desapareció?

Las primeras figuras talladas proceden de lo que hoy es el sur de Alemania y datan de hace entre 36.000 y 40.000 años. Están hechas de marfil. ¿De verdad cree que la primera vez que alguien talló algo, eligió el marfil? La madera es mucho más fácil de tallar. ¿Y qué hay de las pinturas rupestres? ¿Se hicieron los primeros dibujos en ocre en las paredes de las cuevas? Es dudoso. ¿Qué tal dibujar en la arena o pintar sobre la piel?

Por supuesto, los antropólogos no pueden ver hoy esa mayoría de creaciones que faltan, pero tenían que estar ahí. Al fin y al cabo, la ausencia de pruebas no es prueba de ausencia.

El arte debe de ser más antiguo de lo que pensamos. No surgió con los humanos modernos en forma de materiales duraderos. Y, sin embargo, esa parece ser la narrativa de la paleoantropología. Cada vez que se propone un nuevo descubrimiento que podría ser arte o simbolismo neandertal, se cuestiona. Pero, ¿por qué?

Dudas sobre el arte neandertal

En la película de animación de 2013 The Croods, Grug, un neandertal que teme los nuevos inventos humanos, como los zapatos y el cuerno de concha, encuentra destellos de humanidad cuando pinta por primera vez en la pared de una cueva. Esta representación de las deficiencias neandertales y las superioridades humanas modernas está profundamente arraigada en la cultura popular y la ciencia. Y comenzó a mediados del siglo XIX.

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En aquella época, uno de los grandes debates intelectuales se refería a la antigüedad del ser humano. Gran parte del mundo seguía funcionando bajo un marco bíblico. Así que la idea de que los humanos habían existido durante mucho tiempo, o que habían evolucionado, era controvertida.

Carolina Arriada para AntropoUrbana

El primer fósil humano ancestral reconocido como posiblemente antiguo fue un neandertal, hallado en el valle alemán de Neander en 1856. Tenía un cráneo largo y bajo con grandes crestas en las cejas. Los estudiosos pensaron que podría ser humano, pero por poco. Más tarde, en 1868, se descubrieron fósiles humanos modernos en el abrigo rocoso de Cro-Magnon, en Francia. Estos fósiles, con la frente alta, parecían anatómicamente modernos.

En 1879, el arqueólogo aficionado Marcelino Sanz de Sautuola encontró el primer arte rupestre reconocido en la cueva de Altamira, en el norte de España. A pesar de la falta de restos fósiles asociados, estas pinturas rupestres se atribuyeron a los cromañones. Sin pruebas suficientes, el arte pasó a considerarse una de las señas de identidad de la verdadera humanidad.

Los neandertales, con su frente baja y su naturaleza supuestamente brutal, ofrecían el contraste perfecto. Se habían extinguido. Habían perdido frente a los “hombres de verdad”, con sus cuevas pintadas y su naturaleza creativa. Esta idea fue consagrada durante décadas en libros y museos de todo el mundo.

Henry Fairfield Osborn, conservador durante muchos años del Museo Americano de Historia Natural, trabajó con el artista Charles Knight para ilustrar las distintas etapas del Paleolítico en libros y murales. En estas imágenes, los neandertales aparecen como criaturas encorvadas que no parecen tener imaginación para hacer otra cosa que mirar sin comprender una roca. Los cromañones aparecen sujetando un hueso de la escápula como si fuera la paleta de un pintor mientras dibujan con destreza la curva de la joroba de un bisonte en la pared de una cueva.

A los ojos de Osborn y de otros de la época, el cromañón de Europa occidental era visto como el artista original y el humano original. ¿Es sorprendente, entonces, que Osborn fuera un líder de la eugenesia y la antiinmigración que citaba la historia antigua como justificación de sus puntos de vista? Para Osborn, los neandertales y los cromañones nunca se mezclaron, así que ¿por qué iban a hacerlo las diferentes “razas” actuales? (Por supuesto, los neandertales y los humanos modernos sí se mezclaron, y los genomas de todos los humanos actuales suelen contener entre un 0,3 y un 4 por ciento de ADN neandertal).

Si echamos la vista atrás en la historia, está claro que el estereotipo del neandertal sin arte y el humano moderno con arte estaba arraigado en los prejuicios de la época. La gente proyectó los ideales y la estética occidentales sobre el “arte” paleolítico que, a su vez, se utilizó para definir el “arte primitivo” de los pueblos “salvajes” no occidentales. El arte nos hizo humanos, pero no todos los humanos tenían el mismo arte. Incluso hoy en día, parte del arte producido por los pueblos no occidentales se describe como “arte popular” o “arte primitivo” en lugar de simplemente como arte.

Entonces, ¿los neandertales hacían arte? Sí, lo hacían. Es importante reconocerlo, no solo para dar crédito a quien lo merece, sino también porque los prejuicios del pasado tienen poder en el presente, y solo reconociendo estos prejuicios puede la gente esperar superarlos.

Fuente: Sapiens

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