¿Qué hace que algo sea etnográfico?

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por CAROLE McGRANAHAN – Universidad de Colorado en Boulder

¿Cómo sabes que estás leyendo una etnografía? ¿Qué hace que un libro o artículo sea etnográfico? Impartí un curso universitario titulado Lectura de etnografía en el que los estudiantes y yo planteamos estas preguntas como medio para evaluar la especificidad y el contenido del conocimiento etnográfico. Nuestro primer desafío fue articular lo que significaba el término “etnográfico”. ¿Cuáles son esas cualidades que hacen que un trabajo académico sea etnográfico y no simplemente descriptivo o antropológico?

Etimológicamente, lo etnográfico proviene de etnografía. Siguiendo sus orígenes griegos, la etnografía es la escritura de la gente, de la sociedad, de la cultura: ethnos significa “pueblo/el pueblo” y grapho es “escribir”. En su forma sustantiva, la etnografía ya no está ligada sólo a la escritura. En cambio, suele utilizarse para referirse a un tipo de investigación, y no son sólo no antropólogos quienes utilizan el término de esta manera. Nosotros también lo hacemos. Hablamos de “hacer etnografía”, usándolo como una abreviatura de trabajo de campo, y decimos etnografía cuando nos referimos a investigación etnográfica. Por investigación etnográfica nos referimos al programa malinowskiano en constante evolución de (generalmente) un solo etnógrafo en el campo que realiza observación participante, vive dentro de una comunidad y profundiza en los ritmos, lógicas y complicaciones de la vida tal como la vive un pueblo en un lugar, o quizás pueblos en lugares. Pero, incluso en su forma más metodológica, la etnografía no se trata sólo de método. Y ciertamente no significa observar a alguien, entrevistar a alguien o reunir un grupo focal como a veces se entiende y practica. La etnografía y lo etnográfico son un método, una teoría, un objeto material (“el libro”) y una posición en el mundo. Como lo expresa Sherry Ortner en su libro Antropología y teoría social de 2006, la etnografía “siempre ha significado el intento de comprender otro mundo de vida utilizando el yo, en la medida de lo posible, como instrumento de conocimiento”.

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Investigar y escribir etnografía es una práctica experiencial y encarnada, y en la frase clásica de Clifford Geertz, esperamos que esté compuesta de “descripción densa”. Lo que se considera denso cambia a lo largo de las décadas y según los enfoques teóricos y metodológicos, pero algo que permanece constante es el compromiso con el realismo. Ya sea ficción o no ficción, prosa o poesía, la etnografía es un género realista.

En clase, rastreamos lo etnográfico leyendo y comparando seis etnografías diferentes que cubren diferentes partes del mundo, cada una escrita por un antropólogo estadounidense (nuevamente, este era un curso de nivel universitario; en el nivel de posgrado, se podían hacer cosas diferentes según el período, el lugar y las becas nacionales). Las etnografías fueron Wisdom Sits in Places: Landscape and Language Among the Western Apache, de Keith Basso (Universidad de Nueva Mexico Press, 1996), Lost in Transition: Ethnographies of Everyday Life after Communism de Kristen Ghodsee (Duke University Press, 2011), Laughter Out of Place: Race, Class, Violence, and Sexuality in a Rio Shantytown de Donna Goldstein (University of California Press, 2003), The War Machines: Young Men and Violence in Sierra Leone and Liberia de Danny Hoffman (Duke University Press, 2011), In the Time of Oil: Piety, Memory, and Social Life in an Omani Town de Mandana Limbert (Stanford University Press , 2010) y mi libro Arrested Histories: Tibet, the CIA, and Memories of a Forgotten War (Duke University Press, 2010).

Antes de leer las etnografías, leímos y discutimos las tendencias y cambios en la escritura etnográfica en antropología. La clave de la clase fue el artículo de George Marcus y Dick Cushman “Ethnographies as Texts” de la Annual Review of Anthropology de 1982, en el que revisan el estado de la escritura etnográfica en el momento y después de la obra de Clifford Geertz, La interpretación de las culturas (1973), que cambió la disciplina. Identifican nueve características de la escritura etnográfica realista:

  1. una estructura narrativa organizada por tema, cronología o problema;
  2. la discreta presencia del etnógrafo en el texto;
  3. personas con denominador común, no como personajes sino simplemente “la gente”;
  4. a partir de datos etnográficos producidos a través del trabajo de campo;
  5. un enfoque en situaciones de la vida cotidiana, lo que ven como una fusión de estudios de caso de objetivos interpretativos y realistas;
  6. un énfasis en el punto de vista nativo;
  7. establecer especificidad y contexto suficiente para cualquier generalización;
  8. el uso de jerga disciplinaria para señalar la formación antropológica; y,
  9. exégesis contextual de conceptos y discursos nativos.
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Esta lista tiene ahora cuarenta años. Algunas partes han resistido la prueba del tiempo, pero ¿cómo sería esa lista si se generara ahora?

Mientras mi clase leía las etnografías anteriores, discutimos cada una en relación con la lista de Marcus y Cushman, evaluando acumulativamente tanto las etnografías como la lista. Al final del curso, generamos colectivamente nuestra propia lista de lo que hace que algo sea etnográfico ahora. Nuestra lista también tenía nueve elementos:

  1. propósito antropológico a través de preguntas y argumentos de investigación;
  2. sin embargo, en diálogo con temas de interés local;
  3. intentar articular el punto de vista nativo;
  4. centrarse en las realidades etnográficas, en la vida vivida, en la vida cotidiana y en el tiempo ordinario, en lugar de centrarse únicamente en el tiempo extraordinario;
  5. las personas aparecen como individuos con nombre en lugar de categorías;
  6. marcado claro de la producción de conocimiento etnográfico, es decir, de cómo el antropólogo sabe lo que sabe;
  7. contexto y antecedentes suficientes en términos de literatura, historia, teoría, etc.;
  8. la relación del etnógrafo con la comunidad sobre la que escribe, ¿cómo se ganó la confianza y se forjaron relaciones de cuidado?; y,
  9. clara credibilidad académica del autor, confianza del lector en sus credenciales.

Mis alumnos consideraron clave tres cosas que no estaban en la lista de Marcus y Cushman, y para ellos fueron fundamentales para la realización de una etnografía exitosa. Estas fueron: (1) transparencia del etnógrafo como investigador; con esto no se referían a una reflexividad gratuita, sino a un sentido claro y comunicado de cómo se acumulaba el conocimiento, de cuáles eran las relaciones del académico con la comunidad; (2) la presencia de personas en el texto como personajes que llegas a conocer, personas que aparecen como ellas mismas, como personas reales; y (3) demostración clara de que el tema que se está estudiando es importante; con esto querían decir que importaba no sólo en un sentido antropológico, sino que importaba y era relevante para las personas de la comunidad. Para mis alumnos, estas eran las características del realismo etnográfico actual. Éstas eran las cosas necesarias para que lo etnográfico pareciera denso y, por tanto, real y digno de confianza.

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¿Qué estaría en tu lista? ¿Qué hace que algo sea etnográfico ahora, en este particular momento histórico-político mundial y disciplinario?

Fuente: SavageMinds/ Traducción: Maggie Tarlo

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