por MATTHEW WILLS
En un ensayo de 1947 publicado en The Annals of the American Academy of Political and Social Science, la antropóloga Hortense Powdermaker hace una gran pregunta retórica: “¿Qué encuentra un antropólogo cuando dirige su lente a las películas, una lente que está más acostumbrada a ver los ritos de iniciación de los aborígenes australianos?” Luego continúa describiendo cómo estuvo estudiando Hollywood.
Powdermaker nació en 1900. Comenzó su carrera antropológica de la manera tradicional, aunque entonces era una tradición relativamente nueva: su primer libro fue sobre el pueblo Lesu de Papúa Nueva Guinea. Pero luego se convirtió en una de las primeras antropólogas estadounidenses en profundizar en la cultura estadounidense contemporánea. Su libro After Freedom: A Cultural Study of the Deep South (1939) exploró una comunidad en Mississippi. Las ideas del libro sobre las relaciones raciales bajo la brutalidad de Jim Crow y los impactos psicológicos de la segregación fueron ignorados en gran medida hasta la era de los derechos civiles de la década de 1960.
Entre los veranos de 1946 y 1947, Powdermaker dirigió su “lente” antropológica hacia Hollywood. Planteó la hipótesis de que la estructura social de Hollywood afectaba el contenido y el significado de las películas, esos productos hechos por este complejo cultural particular. Señaló que esta fórmula «social = cultural» no era una idea original, pero que no se había aplicado antes a Hollywood. El libro resultante, Hollywood: The Dream Factory (1950) fue “el primer estudio antropológico serio sobre la realización de películas”, escribe Jill B. R. Cherneff, y “sigue siendo la única etnografía de esta institución estadounidense”.
La tesis central de Powdermaker era que el monopolio de Hollywood sobre la industria del cine tenía un efecto adormecedor en la imaginación de la humanidad: “Hollywood representa el totalitarismo. Es más económico que político pero su filosofía es similar a la de un estado totalitario. En Hollywood, el concepto del hombre como criatura pasiva a manipular se extiende a quienes trabajan en los estudios, a las relaciones personales y sociales, al público de las salas y a los personajes de las películas. La libertad básica de poder elegir entre alternativas está ausente”.
El Hollywood en el que Powdermaker hizo su trabajo de campo estaba dominado por el sistema de estudios, en el que los principales estudios controlaban la distribución y la producción. Ese sistema fue disuelto en 1948 por el fallo antimonopolio de Paramount de la Corte Suprema. Como resultado, la industria se transformó radicalmente en la década de 1950. Sin embargo, desde la década de 1980, los medios de comunicación, que abarcan mucho más que solo películas, se concentraron en manos de cada vez menos corporaciones. Las formas de entretenimiento son mucho menos monolíticas hoy en día, pero un pequeño número de gigantes de los medios (Disney, AT&T, Comcast, News Corp., etc.) poseen casi todo.
Las corporaciones ahora dominan la vida de ensueño cultural de las personas en todo el mundo. Hortense Powdermaker pareció verlo venir.
Fuente: Jstor/ Traducción: Alina Klingsmen